La música que aún me mueve.
Aún, cuando escucho esta música me conmueve por dentro, y no puedo evitar el movimiento de mis
pies.
Se me sigue poniendo la piel de gallina, quizás más que cuando era una niña.
Cuando los veo bailar y representar a España, no puedo evitar emocionarme y recordar.
Si no me hubiera pasado nada, seguro que estaría entre ellos.
Muchas veces he pensado en volver, y aunque se suele decir que nunca es tarde, he de ver la realidad
y saber que no puedo. Posiblemente no podré nunca, pero al verlos no puedo eludir ese pensamiento.
Entre ellos y ellas veo muchas caras conocidas, y entre ellas una familiar.
Todavía conservo mis viejas castañuelas, y recordando recuerdo a mis compañeras y maestras.
Las primeras clases, nuestras viejas aulas, las cuales ya no existen.
Recuerdo esas tardes donde al salir del colegio corríamos para no llegar tarde. Y al salir ir a casa
dando los nuevos pasos por la calle.
Recuerdo los días de actuación en el gran teatro de mi ciudad, digo gran por que así es como lo veía
de pequeña y por que aparte es importante y conocido.
Aquellos moños tirantes que me hacía mi madre, ¡Dios!, tirantes era poco.., mucha laca para que
ningún pelo se escapara, y claro la sonrisa ya estaba asegurada. Madre mía con esa tirantez no era
para menos.
Pero, y al quitar las horquillas, que pasaba? que el moño, señores y señoras, quedaba intacto. Me
dolía hasta el pelo.
Me encantaba vestirme con sus todos sus complementos. Aunque era un poco engorroso y muy
pomposo, era el traje típico. Yo tenía dos, pero hay muchos más. A día de hoy me los pongo para la
ofrenda de flores a la patrona de mi ciudad.
Y desde mi posición actual, lo único que me queda es apoyarlos y seguirlos hasta donde pueda.
¡¡VIVA LOS BAILES REGIONALES!!, son una de las manifestaciones culturales más importantes
de cada tierra.
Comentarios
Publicar un comentario